SAG reitera su compromiso con la sanidad de nuestro país, sin poner en riesgo por ningún motivo el patrimonio sanitario de Chile (Mundo Agropecuario). Tras una petición realizada por ganaderos...
SAG reitera su compromiso con la sanidad de nuestro país, sin poner en riesgo por ningún motivo el patrimonio sanitario de Chile (Mundo Agropecuario).
Tras una petición realizada por ganaderos de las regiones de Magallanes y Aysén para la importación de bovinos desde la República Argentina, el Servicio Agrícola y Ganadero realizó la evaluación y posterior autorización del protocolo de importación de bovinos con fines de reproducción.
La decisión del SAG, que ha causado diversas interpretaciones entre representantes del gremio, se tomó teniendo siempre como fin regular que estas internaciones sean seguras en términos zoosanitarios, protegiendo con el mismo rigor de siempre el cuidado de nuestro patrimonio sanitario, y con el objetivo de apoyar la mejora de la genética del ganado bovino nacional.
Cabe tener en cuenta que la norma que determina las exigencias sanitarias para la importación de bovinos a Chile -desde cualquier país- rige desde el año 1992. Así también, el reconocimiento por parte de nuestro país de la Zona Patagonia Sur argentina como libre de fiebre aftosa se realizó en el año 2008, y considera a las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y parte de la Provincia de Neuquén.
Es así como los bovinos de reproducción que pudieran optar a incluirse en esta importación sólo se limitan a los que han nacido y se han criado en el territorio argentino libre de fiebre aftosa sin vacunación reconocido por Chile hace más de 10 años, lo que no plantea ninguna situación distinta a la anterior a esta autorización.
Chile se ha incorporado con éxito durante los últimos años al mercado de comercio de bovinos en pie, lo que implica que el país debe estar en la disposición de participar tanto en la exportación como en la importación de estos animales.
Lo que sí se modificará, y que se detectó dentro de la evaluación realizada por el SAG, es la necesidad de realizar una actualización de la norma para fin de incluir requisitos de identificación y control de origen que no se utilizaban en la fecha de su emisión en 1992.