El gremio cuestionó la búsqueda de casos sospechosos de fiebre Q, se realizó solamente en trabajadores agrícolas de explotaciones ganaderas, estigmatizando especialmente al sector lechero, lo que como gremio nos...
El gremio cuestionó la búsqueda de casos sospechosos de fiebre Q, se realizó solamente en trabajadores agrícolas de explotaciones ganaderas, estigmatizando especialmente al sector lechero, lo que como gremio nos pareció desde un principio un criterio arbitrario e irresponsable. (Mundo Agropecuario).
La Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno A.G. (SAGO) emitió una declaración pública de sobre el nuevo escenario que se ha abierto a partir de los hallazgos en la investigación sobre un eventual brote de fiebre Q, lo cual -afirman desde la asociación- viene a confirmar las dudas que el gremio planteó desde un inicio sobre las conclusiones y medidas que adoptó la autoridad en su minuto y, por ello, valoran la apertura para revisarlas.
El gremio recordó que ha transcurrido un año sin que la opinión pública pueda recibir una explicación clara respecto del supuesto de brote de fiebre Q en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos que, a pesar de ello, se dio origen a una serie de decisiones como el establecimiento de un protocolo preliminar para trabajar con bovinos que no se condecía con las prácticas internacionales de países que, al igual que Chile, convivían con esta enfermedad endémica.
“Hoy, es claro que los casos que fueron presentados como positivos de fiebre Q en humanos no eran tales, al menos en un altísimo porcentaje”, afirman desde la SAGO.
Agregan además que, “ante tamaña evidencia proveniente de los organismos técnicos competentes valoramos profundamente la apertura de las actuales autoridades para revisar las verdaderas causas que generaron esta alarma, y el reestudio de las medidas impuestas al sector ganadero y asistencial de nuestra zona, por lo que aspiramos a llegar a la suspensión de las mismas”.
Reiteran que la opinión pública debe tener claro que la Coxiela burnetti, agente causante de la fiebre Q, tiene una distribución mundial y Chile no está exento de su presencia.
Reportes de infectología y epidemiología
Los antecedentes estaban claros desde hace tiempo: la Sociedad Chilena de Infectología señaló en abril de 2018 que “el diagnóstico del agente etiológico ha sido indirecto, es decir, por serología. No se ha logrado identificar y caracterizar el agente causal, lo que es fundamental para su confirmación, definir herramientas diagnósticas y evaluar su desempeño. Esto cobra aún mayor relevancia para poder definir riesgos de transmisión por las vías, entre estas, hemoderivados”. Esto significa, en términos simples, que no se ha logrado identificar qué es lo que causó los casos de neumonía atípica de 2017.
La misma Sociedad de Infectología manifestó en abril que “en caso de confirmarse como agente etiológico Coxiella burnetti, no se cuenta con definiciones ni protocolos de búsqueda activa de enfermos con presentación crónica de la enfermedad”. Lo que significa el reconocimiento de que además de no haber identificado el agente causal de la enfermedad, no se sabe qué hacer en caso de encontrarlo.
El reporte del Evento Inusitado del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, fechado el 13 de junio de 2018, es categórico al confirmar las dudas que desde un inicio SAGO A.G. ha expresado sobre las apresuradas acciones implementadas por la autoridad.
“Actualmente, y debido a hallazgos del laboratorio de referencia australiano en donde se observan resultados de positividad a ricketsias en algunos casos y títulos distintos en fiebre Q, es que se están reevaluando los resultados con posterior reclasificación de los casos, lo que cambiará la curva epidémica con casos positivos”. Esto es -afirman desde la SAGO-, que los casos de supuestos contagios de fiebre Q son menores a los que se anunciaron con amplia difusión.
Cuestionable metodología
Todo lo anterior, solo viene a confirmar lo que SAGO ha expresado desde el año 2017: la metodología utilizada por la anterior administración de Salud para cuantificar los hallazgos de personas sospechosas de haber contraído fiebre Q, distorsionó el real impacto de esta patología, generó alarma pública y sirvió como piso para la implementación de exigencias a nivel predial exageradas, que atentaron con la viabilidad de los medianos y pequeños ganaderos.
SAGO cuestionó la búsqueda de casos sospechosos de fiebre Q, se realizó solamente en trabajadores agrícolas de explotaciones ganaderas, estigmatizando especialmente al sector lechero, lo que como gremio nos pareció desde un principio un criterio arbitrario e irresponsable, al exponer negativamente a la actividad ganadera chilena ante los organismos internacionales de salud.
Además, los casos sospechosos se obtuvieron a través de la revisión histórica de las urgencias respiratoria de trabajadores agrícolas, es decir, se agregaron casos retroactivamente por lo que el aumento de casos sospechosos fue de meses anteriores a julio de 2017 –supuesto “Caso 0”-, es decir, no existieron nuevos, contrariamente a lo que se informó a la opinión pública.
¿Sobre qué base se pudo plantear como una afirmación (ni siquiera como hipótesis) que la Fiebre Q se transmitió de bovinos a humanos, si no existió un brote comprobado de la enfermedad en vacas?
¿Sobre qué base, entonces, se lanzó un protocolo absolutamente lejano a todas las prácticas ganaderas del mundo que pretendía dejar a los trabajadores como verdaderos robots al trabajar con bovinos?
En este nuevo escenario, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G., manifiesta su entera disposición a seguir colaborando en todo aquello que sea de su competencia, para zanjar de una vez el manto de incertidumbre que se tendió sobre sector pecuario de nuestra región.