Actividad realizada en la comuna de Retiro, en el corazón del sector arrocero nacional, reunió a empresas, investigadores y productores que conocieron los alcances del trabajo que en dos etapas...
Actividad realizada en la comuna de Retiro, en el corazón del sector arrocero nacional, reunió a empresas, investigadores y productores que conocieron los alcances del trabajo que en dos etapas ejecutaron investigadores del INIA Quilamapu y las empresas Tucapel, Carozzi y BASF (Mundo Agropecuario).
Ante 200 productores, se realizó en la comuna de Retiro en la Región del Maule, el seminario de finalización del proyecto Fondef “Nuevas estrategias en la generación de variedades de arroz tolerantes a frío y resistentes a herbicidas”, que en sus dos etapas se extendió por algo más de siete años.
El proyecto, que tuvo por finalidad principal generar la primera variedad de arroz Clearfield resistente a herbicidas de la familia de las Imidazolinonas, contó con el financiamiento del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF), y el co-financiamiento de INIA y las empresas Tucapel S.A., Carozzi S.A. y BASF de Chile S.A.
Durante la jornada, el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, señaló que el proyecto fue un exitoso caso de trabajo asociativo entre los sectores público y privado. Resaltó que los resultados de este proyecto se suman al trabajo de más de cinco décadas que viene realizando INIA en el sector arrocero nacional. En tal sentido, mencionó la evolución del cultivo en el último tiempo, que ha triplicado la producción en 40 años, a pesar de la drástica disminución de la superficie arrocera lo que responde al aporte tecnológico de INIA.
En tanto, el Gerente General de Tucapel, Eduardo Lagos, señaló que concluida la exitosa etapa de investigación “se vienen los trabajos en campo que son muy difíciles” por lo que mencionó que aún queda un largo camino por recorrer. Especiales palabras tuvo para los investigadores que conformaron el equipo de trabajo que se caracterizó por su sinergia. “Quiero agradecer al equipo maravilloso de INIA que nos ha acompañado desde siempre”. Entre ellos, valoró la participación del investigador Mario Paredes, quien lideró el trabajo en una primera etapa y que recientemente se acogió a retiro de INIA.
Lagos resaltó el trabajo conjunto, mencionando que no es común encontrar en otros países iniciativas de participación teniendo como socios a otras empresas y centros de investigación y obtener una “herramienta potentísima de resultados”. “Hagamos todos con responsabilidad una secuencia de trabajo, para que la cadena productiva de arroz se mantenga, contando con esta herramienta potente obtenida tras años de trabajo”, señaló a los casi 200 productores presentes.
A su vez, el gerente de Abastecimiento de Carozzi, Lorenzo Escobar, recalcó que el proyecto fue extremadamente significativo. “Nuestra participación no fue una casualidad. Tenemos una estrecha relación con INIA en distintos frentes” mencionó, junto con valorar el trabajo conjunto que se realiza también en el área de los trigos candeales. “La experiencia de haber trabajado en este proyecto ha sido extremadamente enriquecedora, nuestro equipo agronómico se nutrió de mucho conocimiento, encontramos terreno fértil para poder avanzar”. “Cuidemos lo que hemos logrado”, enfatizó.
Por su parte, el gerente de Innovación y Desarrollo de BASF, Jorge Nitsche, agradeció al INIA, a las empresas participantes y a la fuente de financiamiento (Fondef) que “permitieron desarrollar un trabajo realmente agradable”. Valoró también la participación de los productores arroceros. “El incremento del número de agricultores que se fue incorporando a las actividades del proyecto fue realmente notable, lo que es básico para lograr el aumento del cultivo del arroz. La única forma de que podamos mantener este cultivo vivo en Chile en nuestra condición de país pequeño y competir con la importación, es seguir subiendo nuestros rendimientos”. En ese recalcó lo importante que es que los productores incorporen las tecnologías desarrolladas.
Finalmente, el Presidente del Comité Directivo del proyecto Fondef, Alfonso Dussaillant, manifestó que “la única manera de permanecer en la primera línea es dedicando tiempo y recursos a la investigación. Los rubros que no desarrollan investigación se van quedando atrás”.
En este sentido, valoró la creación de la variedad de arroz Clearfield que lleva por nombre Digua CL. “Nunca se perdió el foco en la calidad de la variedad, ya que es un aspecto muy relevante al momento de la comercialización”. Agregó que “los proyectos agrícolas que impliquen desarrollo genético para la generación de nuevas variedades no se pueden aislar de este factor, ya que la necesidad de los consumidores es de igual o mayor importancia que los factores agronómicos”.
Dusaillant resaltó de manera especial la participación de dos investigadores “que realizaron un aporte destacado para el desarrollo del proyecto y que hoy no están en INIA: el Doctor Mario Paredes, quien durante 6 años dirigió de forma exitosa el proyecto y el Doctor Haroldo Salvo quien trabajó en la primera etapa de la variedad Digua Cl. Junto con ello, extendió el agradecimiento al Fondef y a las empresas asociadas.
Aportes al sector arrocero
El proyecto Fondef abordó todos los aspectos que involucran el cultivo del arroz para lo cual contó con un completo equipo de especialistas. Estos fueron los investigadores de INIA Gabriel Donoso, que trabajó en el factor temperatura; Juan Hirzel en fertilización; y Hamil Uribe en riego; además de la agrónomo de Basf, Angela Aedo, en el control de malezas.
La investigadora INIA y coordinadora del proyecto, Viviana Becerra, dio a conocer los logros del proyecto que resumió en los siguientes aspectos:
Generación de dos nuevas variedades de arroz para el mercado nacional. Las variedades Platino-INIA (recomendada para la industria del sushi) y Digua CL primera variedad Clearfield (resistente a los herbicidas de las familias de las imidazolinonas que mantiene intactos atributos de calidad y tolerancia a temperaturas).
Publicación del Boletín INIA “Arroz sustentable: sistema de producción de arroz Clearfield” que recoge las principales recomendaciones técnicas alusivas al cultivo de la nueva variedad de arroz.
Desarrollo de nuevas metodologías y tecnologías que posibilitaron la generación, en ocho años, de la nueva variedad de arroz Digua CL.
Introducción a Chile y selección de nuevo germoplasma de arroz proveniente de zonas mediterráneas, lo permitirá aumentar la diversidad de los arroces en nuestro país.
Se generó una “plataforma de genotipización” en el Laboratorio de Biotecnología de INIA Quilamapu, lo que permite tener el material caracterizado genéticamente.
Se evaluó y seleccionó el germoplasma que es tolerante a frío, factor característico de los arroces cultivados en Chile.
Se modernizó la infraestructura de investigación en arroz al establecer cámaras de crecimiento e invernadero con tecnología de luces LED y sistemas de automatización. A ello se suman tres estaciones meteorológicas instaladas en la zona arrocera (San Carlos, Parral y Longaví), y equipos para el laboratorio de calidad del arroz, entre otros.
Desde el punto de vista divulgativo, se realizaron 45 días de campo para productores, 328 charlas y reuniones técnicas, y un concurso nacional de producción de arroz. Además, se generaron ocho publicaciones científicas, 31 divulgativas, 16 cartillas técnicas, una edición especial arroz de la revista Tierra Adentro, y un Boletín INIA de Buenas Prácticas Agrícolas.
Finalmente, la ejecución del proyecto permitió desarrollar otras ideas como la prospección de metales pesados en arroz; evaluación de sistemas de manejo de agua; riego intermitente; y evaluación de gases de efecto invernadero. Todo ello significó el desarrollo de cinco proyectos con financiamiento local (INIA) y ocho proyectos con financiamiento nacional e internacional.